El Santo Sudario
“que cubrió el rostro del Señor”
Es la prenda que cubrió el rostro del señor al bajarlo de la cruz y por tanto impregnado de su sangre que se conserva en la CAMARA SANTA de la CATEDRAL DE OVIEDO.
Te recomendamos que después de terminar esta carrera histórica te acerques a venerar la reliquia más importante de la Cristiandad junto con la SABANA SANTA DE TURIN ( no confundir esta con el Santo Sudario de Oviedo: el primero se lo pusieron al Señor en la cara para bajarlo de la cruz; la Sábana Santa de Turín fue el lienzo con el que envolvieron al Señor ya en el sepulcro.
Deberías saber que el SANTO SUDARIO se puede visitar todos los días en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, pero que SON 3 DIAS AL AÑO lo que se saca de allí para dar su bendición a los fieles que acudan a la Catedral de Oviedo:
-El 14 de Septiembre , Día de la Santa Cruz, e inicio del JUBILEO DE LA SANTA CRUZ ( “LA PERDONANZA”.
-El 21 de Septiembre ( Día de San Mateo) y final del JUBILEO DE LA SANTA CRUZ ( “LA PERDONANZA”)
-El día de VIERNES SANTO.
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El Objeto
En la época de Jesús un sudario era un pañolón que servía para quitarse el sudor de la cabeza o limpiarse la cara en caso de necesidad.
La Enciclopedia Universal Judía recoge la prescripción según la cual cuando un cadáver tenía desfigurado o mutilado el rostro era imprescindible que este fuera cubierto con un velo para ocultarlo a los ojos de la gente. No es extraño que se empleara para este menester el pañolón – sudario – que se tenía a mano (en ocasiones enrollado en la muñeca) y que se colocara sobre el difunto aun antes del entierro.
Por otra parte sabemos que uno de los «lienzos funerarios» empleados en enterramientos judíos es el sudario, y que cubre exclusivamente el rostro. San Juan en su evangelio menciona en dos ocasiones un sudario sobre la cabeza de un cadáver. En el relato de la resurrección de Lázaro (Jn 11,44) dice que salió el muerto «atado de pies y manos y envuelta la cabeza en un sudario» pero el texto evangélico más importante del Apóstol en este punto es el Cap. XX. En sus versículos 6 y 7 distingue claramente entre los lienzos en los que fue envuelto el cadáver (entre ellos, lógicamente, la Sábana que mencionan los evangelios sinópticos) y «el sudario que había estado sobre su cabeza».
En los primeros años del cristianismo, se veneraron en Jerusalén estas reliquias de Jesús que los apóstoles habrían guardado en un arca de cedro.
Ante la invasión de los persas, mandados por Cosroes II, en el 614, se hizo necesario ponerlas a salvo. El presbítero Filipo fue el encargado de llevar hasta Alejandría el arca con las reliquias.
El empuje de los persas en África dio lugar a nuevos traslados, y, a través de ellos, terminó llegando a España. El obispo de Ecija, S. Fulgencio, acogió a los huidos, que llegaron a la península por Cartagena, y puso en manos de S. Leandro, obispo de Sevilla – su superior y hermano – el «Arca Santa». Es bien conocido que S. Isidoro sucedió en la sede hispalense a Leandro y fue maestro de S. Ildefonso. Cuando este último fue nombrado obispo de Toledo llevó consigo a la capital del reino Hispano-Visigodo el arca de las reliquias.
El Diccionario Eclesiástico de España señala la presencia de la misma en los primeros años del S. VII. En la primera mitad del S. VIII, una nueva arca – de roble – sale de Toledo en dirección al norte, esta vez coincidiendo prácticamente su traslado con la invasión musulmana y llegando a Asturias – según diversos autores – entre el 812 y el 842.
Para albergar tal tesoro, Alfonso II el Casto mandó construir la llamada «Cámara Santa», que inicialmente sería la capilla de su palacio, y que hoy se halla incorporada a la Catedral gótica que se edificó posteriormente. Desde ese momento la denominada «Arca Santa» y su contenido han recibido la veneración constante de los asturianos, a pesar de las diversas vicisitudes históricas.
CÁMARA SANTA de la Catedral de Oviedo donde se custodian y guardan un formidable número de SANTAS RELIQUIAS de la Cristiandad, entre ellas el SANTO SUDARIO que cubrió el rostro de Cristo. ( En el centro)
La Veneración
En 1075, con ocasión de la visita del Rey Alfonso VI, se procedió a la apertura del Arca y la realización de un inventario de los distintos objetos guardados en ella, entre ellos el Santo Sudario. El monarca ordenó que se la recubriera de plata como homenaje a su precioso contenido.
En el recubrimiento del Arca Santa podemos leer la fecha de su realización (el año 1113) y la relación del contenido que atesoraba. Se menciona expresamente «el Santo Sudario de N. S. J. C.». Desde ese momento son constantes las referencias documentales al Sudario, puesto que se hicieron diversos inventarios.
No hay circunstancia alguna que permita dudar de la permanencia ininterrumpida de la reliquia en Asturias. Aunque en la actualidad no es excesivo el conocimiento que se tiene de ella entre la población española, esta situación es radicalmente distinta a la de tiempos pasados. Su fama llegó a ser tal durante la Edad Media que, a pesar de la dificultad que suponía atravesar el macizo montañoso que separa Asturias de Castilla, muchos peregrinos se desviaban del Camino francés a Compostela para acercarse a San Salvador de Oviedo (la Catedral) y venerar el «Arca Santa» de las reliquias.
Actualmente se bendice con el Sudario tres veces al año: el Viernes Santo, el 14 de septiembre – día de la Santa Cruz – y el 21 de septiembre – día de la octava -, pero la fama del relicario de Oviedo es multisecular. A ella debe la catedral el sobrenombre de «Sancta Ovetensis» y que, ya en la Edad Media, los peregrinos del Camino de Santiago considerasen imprescindible su visita.
Investigaciones Realizadas
El iniciador de los estudios científicos sobre el sudario fue Monseñor Giulio Ricci (miembro de la curia vaticana y Presidente del «Centro Romano di Sindonología») quien ya lo menciona en la 2ª edición de su libro «L’Uomo della Sindone é Gesù» (1969). La 5ta edición de este libro amplia considerablemente su estudio.
Sus aportaciones se pueden resumir en las siguientes notas:
- Compatibilidad evangélica entre la Síndone y el Santo Sudario. San Juan habla, en el Cap. 20 de su Evangelio, de «lienzos» por una parte y de «sudario» por otra. Plantea una posibilidad nueva: que tal lienzo se hubiera usado para cubrir el rostro de Jesús desde el Gólgota al sepulcro y, una vez allí fuera colocado en un lugar.
- Estudio geométrico de las manchas que aparecen en el Santo Sudario: Descubre que existen en ambas caras del lienzo (por haberse filtrado) dos de tamaño grande, prácticamente simétricas, y aparentemente producidas al aplicar el lienzo sobre un rostro ensangrentado.
- Compatibilidad entre las manchas del Sudario y el Rostro impreso en la Síndone: Comprueba que se produce una compatibilidad muy buena y numerosos detalles coinciden.
Por su parte – y a instancia de Ricci – el eminente palinólogo suizo Prof. Max Frei ha realizado un informe pericial tras su visita a Oviedo en 1979. Frei encontró polen de seis especies de plantas coincidentes con las halladas sobre la Síndone – dos de ellas características de Palestina. Otros restos palinológicos se identificaron como procedentes de plantas del norte de África (que no existen en la Síndone) y observó la ausencia de especies de la zona de Turquía y resto de Europa (muy abundantes en el lienzo de Turín).
En 1985, el Dr. Baima Bollone realizó un estudio fotográfico (180 fotografías con luz normal y 144 con película infrarroja), se tomaron nuevas muestras con cintas adhesivas – especialmente de zonas manchadas – y se sacaron 7 cabos de hilo pequeños del interior de las manchas y 12 de los salientes de la tela para realizar un análisis hematológico. Determinó que el grupo sanguíneo era el AB.
Igualmente en el Congreso de Siracusa se dio a conocer el estudio de Franca Pastore Trosello que comparaba la estructura textil de la Síndone y el Sudario. Afirma que los hilos de ambas reliquias tienen igual composición (idéntico grosor de fibras, hilado a mano y torcedura en «Z»), pero han sido tejidos de diferente manera: sarga en espiga para la Síndone y trama ortogonal (tafetán) para el Sudario.
En 1989 se forma el Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES) para continuar las investigaciones del Santo Sudario de Oviedo iniciadas por Mons. Giulio Ricci. Puede leer en detalle sobre este equipo de profesionales en su propia sección.